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Crisis de la economía Argentina

Crédito directo para la Argentina





Si dejamos a un lado el caos de Venezuela, Argentina tiene la situación
económica más frágil de la región y según la agencia Standard and Poor's
Argentina está entre los 5 países del mundo con la economía más frágil y es el
segundo país en Latinoamérica después de Venezuela, que genera menos confianza
entre los inversionistas extranjeros.
Ahora, ¿qué significa frágil? La fragilidad económica se basa en
cuestiones bien técnicas, pero se puede reducir a que los inversionistas
extranjeros, que son clave para economías emergentes como las latinoamericanas,
no confían en el país y eso pasa con Argentina porque, entre otras cosas,
no se tiene claro cuál es su modelo económico.
La mayor prueba de la fragilidad de Argentina es el desplome del peso que ha
perdido más de 50% de su valor en el último año. En un contexto
internacional complicado las monedas de todas las economías
emergentes cayeron, pasó en Brasil, pasó en México, en Colombia, pasó en Chile, pero
ninguna otra cayó tanto como el peso argentino.
Por eso es que el presidente Macri acudió al FMI, un organismo polémico
porque casi nunca ha tenido buenas experiencias en este país, lo ha dicho el propio presidente.
Pero no siempre fue crisis, A comienzos del siglo XX, Argentina fue uno
de los países más ricos del mundo, sus habitantes eran más ricos que los
franceses o que los alemanes. Sin embargo,en las últimas cuatro décadas su
economía tambalea entre dos modelos muy diferentes, uno basado en la industria local
y otro entregado a los mercados internacionales.
El resultado de esa falta de rumbo claro ha dado con hiperinflaciones, devaluaciones, fuga de
capitales y aumento de la pobreza.
¿A qué se debe esto? primero, a diferencia de países con políticas económicas que
sobreviven a los gobiernos, cosa que pasa más o menos en América Latina en las
últimas décadas, los gobernantes argentinos cambian de modelo cada 10 o
15 años. Uno cierra el país, el otro lo abre indiscriminadamente, uno impone
controles, el otro desregula todo, uno fomenta las importaciones y el otro las
prohíbe. Con eso, los problemas de la economía, llámense devaluación o
inflación, han tenido buenos y malos momentos, pero nunca una solución a
siquiera mediano plazo.
Y segundo, los famosos déficits, por un lado, Argentina tiene un histórico
déficit de cuenta corriente, es decir que gasta en bienes y servicios más de lo
que recibe, eso pasó en 30 de los últimos 40 años.
Este déficit genera lo que muchos llaman la restricción externa, es decir que no
hay suficientes dólares para sostener la economía, sea por fuga de capitales o
pago de deuda. En Argentina el desequilibrio es la regla y eso genera
desconfianza y sobresaltos en la moneda local, por eso es que el dólar es el
único referente de estabilidad en el país, por eso es que cosas como los autos
los inmuebles o los electrodomésticos están valorados en dólares, por eso es
que los argentinos ahorran en dólares.
Y por otro lado está el déficit fiscal, que es que el Estado gasta más de lo que
recibe, el dinero que se va en salarios estatales o asistencia social es más del
que entra, que es sobre todo de impuestos y de multas. El déficit fiscal argentino
no solamente es uno de los más altos de la región, también es el más viejo: en los
últimos 117 años hubo déficit fiscal en 107 de ellos. Hay tres formas de pagar por ese hueco:
imprimiendo billetes, con el riesgo de generar inflación, endeudándose, con el
riesgo de no poder pagar y dar con un descalabro de la economía, como ya pasó
tantas veces en este país, o subiendo los impuestos, pero la carga tributaria en
este país ya es una las más altas en la región. Millones de argentinos dependen
del Estado para sobrevivir y recortarles la asistencia los deja casi literalmente
en la calle. Lo cierto es que en los últimos 40 años, Argentina no ha podido
resolver sus problemas económicos y sigue siendo tan frágil como una cáscara
de huevo. Para revisar el estado de nuestras economías en la región el valor del dinero

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